bizcocho de queso y miel

La aplicación del queso a los dulces es una tradición muy antigua, observada ya desde la antigüedad clásica.
En la gastronomía española, los bollos suaves con queso están presentes de Norte a Sur.
Dependiendo del bizcocho que se quiera lograr, habrá que optar por uno u otro queso, una crema suave tipo Mascarpone puede ofrecernos un resultado suave y esponjoso pero con la humedad que le aporta el queso y permitiendo que se mantenga fresco y sabroso largo tiempo.
Un queso más denso conseguirá un bizcocho con una textura más parecida a un pudding o una tarta húmeda.
En cualquier caso será siempre una opción brillante.

En este caso, el suave bizcocho, se empapa con un almíbar de miel de brezo que le ofrece el dulzor justo, caliente y mezclado con agua o algún licor al gusto, tendremos un bizcocho que supera desayunos y meriendas y se convierte en un postre delicioso y contundente.

Para su elaboración necesitamos,

- 150 gr de mantequilla en pomada.
- 200 gr de azúcar.
- 3 huevos medianos.
- 200 gr de queso tipo Philadelphia.
- 225 gr de harina.
- Un sobre de levadura.
- Cinco cucharadas colmadas de miel y un chorrito de agua para el almíbar.

Batir bien la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla blanquee, añadir los huevos uno a uno y batir.
Incorporar el queso y mezclar hasta obtener una crema muy blanca.
Por último, añadir la harina tamizada con la levadura, mezclar bien y verter en molde engrasado. Hornear a 180º en horno precalentado unos 45 mn, hasta que al pinchar en el centro el Cake Tester salga seco.
Aún en caliente y recién desmoldado sobre una rejilla, preparar el almíbar calentado juntos miel y agua, verter sobre el bizcocho y dejar enfriar. Espolvorear con azúcar glass.

Quiero pediros disculpas por mi ausencia en los últimos días; la obra se lleva todas mis energías y las horas de mis días; los mails tardan en ser respondidos y sé que no visito a los amigos con calma.
Sé que tengo vuestra comprensión y desde aquí os doy las gracias. A todos mil gracias.