cachopo asturiano y prórroga

Como muchos sabréis, la recepción de recetas para el concurso Tu Receta Asturiana, termina el día 15 de este mes. He decidido prorrogar la fecha debido al entusiasmo de muchos de vosotros en participar y la falta de tiempo de la que me hacéis partícipe.
Entiendo que quizá he apurado demasiado las fechas y que el motivo del concurso limita a muchos posibles participantes a la hora de elegir o pensar en una receta.
Por lo tanto, el último día de recepción de recetas cambia al 26 de junio domingo, a las 00 horas.
Serán, por tanto, doce días más en los que los indecisos podréis acabar de decidiros y los que ya habéis enviado alguna receta podréis enviarme alguna más si ese es vuestro deseo.

Y otro concurso, el de Paco, Lazy Blog. Tras mi primera receta le presento ahora la segunda seleccionada  de entre un ámplio y variado abanico de maravillosos entrantes, postres, pescados o carnes que podemos encontrar en sus webs.
Y, como no podía ser de otro modo, me he decantado por el Cachopo Astur, el auténtico y original.
¿Y qué tiene de original? os preguntaréis. Pues la respuesta es nada si exceptuamos el tamaño escala Sábana Santa y, que en mi caso, siempre lo rebozo con harina para dejarlo más suave.
Siempre me ha sorprendido que no sea muy conocido fuera de Asturias, "Pero,¿ de verdad hemos inventado ésto nosotros?" me pregunto esta vez yo misma. Quizá por ser tan habitual en las cocinas de nuestras madres, tan habitual en tiempos de adolescencia cuando las asignaciones del fin de semana eran tan escasas que las cenas de los sábados consistían en un cachopo en una sidrería para cuatro, y os puedo asegurar que quedábamos "fartucos" y, por qué no decirlo, porque los asturianos no nos caracterizamos por la inventiva gastronómica.
Ni de ningún tipo.
Fuera de aquí se conoce al Rey Pelayo, a la Santina de Covadonga "piquiñina y galana", e incluso al Rey Favila a quién se lo zampó un oso que hoy en día se recuerda como el primer republicano de la historia (al oso, por supuesto).
Asturias y los osos es otra imagen que acude a las mientes "foriatas" cuando se recuerda el Principado, y esto me recuerda a mí un chiste de mi tía abuela;
Dos amigos paseaban por el monte, uno de ellos se apartó del camino para, digamos, "desembuchar la sidra", que como debe saberse hasta fuera de Asturias, "hay que saber beberla y saber mearla" ;-).
Elías, que así se llamaba el borracho, estaba concentrado en lo suyo cuando el otro se encontró cara a cara con un oso. Tal fue su miedo que sólo alcanzó a decir:
"Eli... el o..."
"Eli... el o..."
Y el oso se lo comió.
Los asturianos tampoco somos buenos contando chistes...
Los cachopos causan furor. Aunque resulte difícil de creer, existe en Asturias una Cofradía del Santo Cachopo, con el objetivo de la degustación y divulgación del manjar.
La Sociedad Gastronómica El Rinconín, en Oviedo, defiende el cachopo original, con patatas y pimientos morrones, y del tamaño del Carlos Tartiere.
Actualmente, no falta en carta alguna de cualquier restaurante o sidrería asturiana, pudiendo ser rellenado de modo diverso pero sin faltar nunca el jamón serrano y el queso, y habitualmente acompañado en el interior por pimientos o incluso espárragos.
También es usual servirlo con una salsa de Cabrales y las patatas bajo la carne ante la imposibilidad de que quepan en el plato situadas en un lateral como mandan los cánones.

Con esta receta participo en el concurso "Cocinando con Lazy Blog" patrocinado por Artemática producciones, Carne Villa María, Boffard, I Love Aceite y Pyrex.

Para su elaboración necesitamos,

- Dos buenos filetes de ternera asturiana.
- Jamón serrano al gusto.
- Queso en lonchas de buena calidad.
- Espárragos.
- Harina.
- Sal.
- Aceite de Oliva Virgen Extra.
- 1 huevo.
- Medio brick de nata espesa.
- Una cuña de Cabrales.
- Patatas cortadas como para tortilla.

Se rellena la carne con el jamón entre las lonchas de queso, se colocan encima los espárragos y se salpimenta. Rebozarlo en harina y huevo y freir en aceite caliente. Se pasan las patatas saladas por la sartén con abudante aceite dejando que se rompan ligeramente. Las colocamos en el plato con ayuda de un emplatador redondo o cuadrado.
Elaboramos la salsa al fuego lento con la nata y el queso desmigado, cuando se haya integrado y espese ligeramente, apartar del fuego.
Servir la carne sobre el aro de patata y regar con la salsa o bien servirla en recipiente aparte.