c´est paris

Quiero dar las gracias a todos los que os habéis pasado en mi ausencia a dejar vuestras felicitaciones al Minichef y a alabar unos macarons que oh la la, no se parecen en nada a lo que un macaron debiera ser. Y lo sé ahora, después de haber probado los magníficos sabores que ofrece la Maison Ladurèe.
De vuelta del hermoso París y deseando pasear por vuestras cocinas, me recibe el sol helado de Asturias, tras haber dejado en Francia unas temperaturas elevadísimas y extrañas para la época del año en la que estamos.
De París se vuelve cansado, con un par de inevitables kilos más y con la cartera vacía.
No descubro la pólvora si digo que es una ciudad enorme (!), sucia, un punto caótica y cara, muy cara.
Pero deja estas inconfundibles imágenes en la retina.

Después de haber caminado la ciudad de punta a punta, puedo decir que París huele a pure beurre, a croissants, pain chocolat, pain raisin, baguette vienoisse y perfume caro.

Y a chocolate, mucho chocolate.

                       

        

Nos asaltan sus establecimientos más emblemáticos en las calles más exclusivas.

Históricas iglesias.

Construcciones universalmente conocidas.

Museos.

Parques (!!)

Quesos, pasteles. Dulces y más dulces.

Ensaladas très chic.

Y Ladurèe...

He de decir que el de pétalo de rosas sabía a insecticida... Y que el Minichef concluyó que los míos son mejores, no sé si alegrarme por tener un hijo tan leal o enviarle un currículum a Pierre Hermé...

Y oui, c´est París, pero en Gijón resulta más sencillo mantener la línea (;-).