rugelach

O galletas judías de origen askenazí (nombre dado a los judíos provenientes de Asiria y parte de Turquía que se asentaron en zonas europeas como Polonia, Alemania, Ucrania o Rusia, precisamente era esta parte de la Europa Oriental la que los judíos medievales denominaban Askenaz).

Tienen forma de media luna, se forman enrollando la masa sobre sí misma sobre un relleno diverso.

Se ha apuntado la posibilidad de que el croissant y el rugelach compartan el mismo origen; la conmemoración de la Batalla de Viena contra el Imperio Otomano.

Lo cierto es que los croissants en su forma moderna son mucho más recientes en el tiempo.

En cuanto al nombre, rog significa "esquina" en yiddish, aunque la raíz del nombre vendría a significar "pocos giros", con lo que podría ser traducido como masa girada o masa de rincones.

La masa de las galletas puede ser elaborada con nata agria o con queso en crema. Ésta podría ser una variante de la posterior americanización del postre. Es posible que las primeras rugelach no llevasen derivados lacteos en su masa para poder ser kosher y ser consumidas antes o después de un plato de carne (kosher son los alimentos permitidos para la religión judía, una de sus normas es no poder consumir nunca en la misma comida la carne con los lácteos).

Los rellenos varían mucho dependiendo de laz zonas, generalmente llevan canela y frutos secos. Yo he querido hacerlas con un toque de limón y la consabida almendra.

Para su elaboración necesitamos,

Masa,
- 100 gr de mantequilla.
- 170 gr de queso crema.
- 40 gr de azúcar glass.
- 200 gr de harina.

Relleno,
- Medio yogur de limón.
- 50 gr de azúcar glass.
- 100 gr de almendra molida.
- 1 cucharadita de canela y otra más para espolvorear las galletas.


Se bate la mantequilla con el queso y azúcar hasta que obtengamos una masa muy cremosa. Añadir la harina y trabajar rápido hasta que veamos que nos queda algo parecido a una masa quebrada.

Enfriar al menos una hora. Preparar el relleno con los ingredientes mezclados y reservar hasta que tome consistencia al frío. Estirar la masa entre dos papeles film y trabajar muy rápido para que no se caliente. Cortar en forma de abanico desde el centro hacia el exterior.

                                                

Poner sobre cada porción una cucharada repartida de la mezcla. Comenzar a enrollar desde la parte más ancha hacia el pico interior, procurando dejarlo hacia abajo al doblar la masa para que no se levante en el horno.

                         

                                            
                                              

Hornear a 200º  cubiertas con un poco de azúcar hasta que veamos que se hayan dorado. Dejar enfriar (aunque pueden tomarse templadas) y espolvorear con canela.