nudos de polenta

Galletas extraordinariamente sencillas de elaborar y con un exquisito sabor que sorprenderá.
La adición de la polenta les otorga un contraste curioso entre crujiente y meloso. El fuerte sabor a limón unido a la vainilla, y el pequeño toque de chocolate sin leche las convierte en un bocado apetecible a cualquier hora.
La polenta es un cereal originario del Norte de Italia. Deriva de la palabra latina puls, especie de potaje elaborado a base de harina de centeno o farro, un antepasado del trigo, denominado en latín far o farris (farina, harina).
En tiempos del Imperio Romano se conocía con el nombre de pullmentum, de dónde derivaría la palabra polenta, uno de los alimentos base de las legiones romanas.
Existen tres clases de polenta en Italia: polenta giallia (amarilla) realizada con harina de maíz, la bianca de harina de castaña y las oscuras de alforfón.
La más habitual es la polenta amarilla de maíz, y además de revuelta en forma de gachas mezclada con agua, suele prepararse frita u horneada, como una especie de pan.
Podemos utilizarla igualmente para la elaboración de dulces como bizcochos o galletas.

Para su elaboración necesitamos,

- 65 gr de mantequilla.
- 100 gr de azúcar glass.
- 2 yemas de huevo.
- Ralladura de un limón (3 cucharaditas).
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
- 150 gr de harina.
- Una cucharadita de levadura en polvo.
- 40 gr de polenta giallia.
- 50 gr de chocolate con una nuez de mantequilla para fundir.

Batir la mantequilla ablandada con el azúcar hasta conseguir una crema densa. Añadir las yemas, ralladura de limón y extracto de vainilla.
En un cuenco aparte tamizar la harina con la levadura y la polenta. Unir a la mezcla anterior.
Dejar reposar en el frío una hora. Formar bastones de masa y retorcer para obtener nudos sencillos.

Hornear en horno precalentado a 180º unos 15 mn hasta que las veamos doradas por los bordes. Sacar con cuidado y dejar enfriar ligeramente, estarán algo blandas y podrían romperse.
Derretir el chocolate con la mantequilla, remover, e introducir los "pies" de las galletas en la mezcla.
Colocar sobre una rejilla hasta que el chocolate haya enfriado

                      



Pueden conservarse hasta cinco días en bote hermético.