bizcocho de mandarina y jengibre confitado

Un éxito de bizcocho, lleno del sabor de las mandarinas de zumo y del jengibre confitado que deja un cierto regusto picante apenas perceptible.
Las posibilidades son infinitas, nos serviría cualquier fruta cargada de zumo; naranja, limón, lima, pomelo. El añadido de la piel de la fruta intensifica el sabor y la mezcla de ingredientes consigue un bizcocho extraordinariamente húmedo que se conserva como recién hecho durante varios días.
Las mandarinas ideales son las de zumo, yo las he usado de Nules (Castellón), de un tamaño algo más grande y con una piel tan fina que resulta difícil pelarlas.
El zumo de mandarina es un gran aliado en la dieta infantil, a pesar de que su aporte de vitamina C sea menor que el del zumo de naranja, posee un alto contenido en flavonoides, potente antioxidante natural que reduce los riesgos cardiovasculares.
Su mayor dulzor hace que sea mejor aceptado por los más pequeños.

Para su elaboración necesitamos,

- Dos mandarinas de zumo.
- 250 gr de harina.
- 250 gr de azúcar.
- 3 huevos.
- 100 gr de aceite de girasol.
- 130 gr de nata líquida.
- 1 sobre de levadura química.
- 4 ó 5 trozos de jengibre confitado.

Mezclar el azúcar, huevos y mandarinas. La fruta ha de estar cortada en gajos y sin pelar. Retirar las semillas. En Thermomix batir a velocidad 5, 3 mn, 37º.
Añadir la mantequilla, jengibre y la nata, 5 segundos, velocidad 4.  Incorporar la harina tamizada con la levadura y meclar cuidadosamente.

                             
Lo he horneado en FussionCook, válvula abierta, menú horno, 40 mn. En horno convencional unos 35 mn a 180º.
Dejar enfriar sobre una rejilla y espolvorear con azúcar glass.