pizza!

El plato italiano por excelencia.
Es universalmente aceptado que la pizza es un producto napolitano considerada la "vera pizza" bajo la denominación "Pizza napoletana verace artigianale".
Ya en la Grecia antigua se cubría el pan plano con aceite, hierbas y queso. Los romanos desarrollaron la placenta, pan untado con queso y miel y aromatizado con laurel.
Resulta posible que la palabra pizza derive del alemán bizzopizzo (Bissen en alemán actual) la cual significaba mordisco y trozo de pan. En el siglo XII pizzo se converte en pizza con el significado "pan redondo y tierno".
Los panes planos han gozado de popularidad en todo el Mediterráneo desde antiguo. En Pompeya se han encontrado tiendas que guardan gran similitud con pizzerías actuales, y panes conservados para la posteridad por las cenizas del volcán, en los que podemos ver las porciones marcadas en la masa ofreciéndosenos un ejemplo tan actual que sorprende en un pan con más de nueve siglos.
Las primeras referencias sobre la pizza napolitana datan de principios del siglo XVIII. Vincenzo Corrado escribió a mediados del mismo siglo un tratado sobre las costumbres alimentarias de los napolitanos, y explicaba con sorpresa cómo aderezaban el pan y la pasta con salsa de tomate.
Las primeras pizzerías aparecen en Nápoles en el siglo XIX, y hasta principios del XX eran exclusividad de la ciudad. Desde entonces se han extendido por todo el mundo, generalmente con la denominación "pizza napolitana" aunque en muchos casos ni se sabría ubicar geográficamente la ciudad italiana.
Pizza Margherita y Pizza Marinara, las primeras y originales, se basan en el tomate, queso y albahaca con ligerísimas modificaciones que las diferencian.
La pizzería Da Michele, de 1870, se conserva como la más antigua de Nápoles y sigue ofreciendo a sus clientes las dos variedades de pizza mencionadas anteriormente.
Después de probarlas me cuesta tomar pizza en cualquier otro lugar, incluso dentro de las fronteras italianas.
Mientras volvamos a ponernos rumbo a Nápoles, una pizza ligera y con una masa exquisita.

Para su elaboración necesitamos,

- Un envase de masa para pizza Santa Rita
- Aceite de oliva virgen extra.
- Agua templada.
- Sal.
- Salsa de tomate casera.
- Rodajas finas de berenjena.
- Rodajas finas de calabacín.
- Jamón cocido.
- Alcachofas.
- Tomates Cherry.
- Mozzarella de búfala rallada.
- Mozarella de búfala en bola.
- Canónigos.


Para elaborar la masa se mezcla sencillamente el contenido del envase de harina Santa Rita con medio vaso de agua templada y tres cucharas de aceite de oliva.

Amasar hasta formar una bola que no se pegue a las manos.

Podemos refrigerarla hasta el momento de usarla.
Estirarla muy fina sobre una placa de pizza. Colocar la salsa de tomate casera en el centro.

Colocar las rodajas de calabacín, berenjena y las alcachofas. Salar ligeramente.

Disponer los trozos de jamón cocido cubriendo bien las verduras.

Repartir el queso rallado y la bola de mozarella cortada en trozos. Cortar los tomates Cherry por la mitad y colocarlos sobre el queso.

Hornear a 200º durante veinte minutos, añadir otros 5 mn más con el gratinador a la misma temperatura.

Servir caliente con los canónigos sobre la pizza o aparte y aliñada con un chorro de aceite de oliva virgen.

Para despedir el Carnaval, hoy mismo enterraremos a la sardina, os dejo con el disfraz del rey Pelayo en este 2011.
;-)