muffins sorpresa

El orígen del muffin se encuentra en Inglaterra a partir de recetas recopiladas desde 1705. Muy parecido a las magdalenas es, no obstante, un alimento distinto en cuanto a el orden de sus ingredientes y preparación.
El nombre proviene de la palabra moofin, probablemente derivado del francés moufflet o pan suave.
A partir de 1950 comienza su elaboración masiva tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.
El muffin americano es un bollo dulce y el inglés un pan suave que puede ser utilizado para la elaboración de bocadillos.
El muffin americano no debe confundirse con el cupcake, pequeñas tartas individuales que comienzan a estar presentes en la alimentación americana durante el siglo XIX. Su nombre deriva de cup y cake, taza y tarta, por la costumbre de hornear los pequeños dulces en tazas o ramequines antes de que surgieran los delicados moldes de papel que podemos encontrar en la actualidad.  Es posible elaborar un cupcake con cualquier receta de tarta de grandes dimensiones reduciendo las cantidades de ingredientes; se caracterizan igualmente por su decoración a base de frosting, también conocido como buttercream o preparaciones a base de mantequilla y azúcar, entre sus ingredientes principales.
La receta básica del muffin se elabora mediante una mezcla doble de ingrediente secos y húmedos, no está indicado batir la preparación y los pequeños grumos que pudiesen formarse al mezclar no afectarán al resultado final.
Es conveniente hornear las masas con un horno precalentado a alta temperatura (alrededor de 220º), ello conseguirá crear una burbuja que atrapará el calor dentro de la masa y permitirá que suban con rapidez. A los 5 mn debe bajarse la temperatura a 200º para que la masa quede suave y esponjosa,  y si queremos muffins altos y con gran copete, sólo tendremos que rellenar las cápsulas casi hasta el borde.
Resulta fundamental dejar reposar los muffins dentro del horno tras la cocción y enfriarlos sobre una rejilla para que la masa no se apelmace en el fondo con el calor interior.

Para su elaboración necesitamos (16 muffins grandes),

- 3 tazas y media de harina.
- 2/3 de taza de azúcar.
- 4 cucharaditas de levadura.
- 2/4 de cucharadita de sal.
- 2 huevos.
- 1 taza y media de leche.
- 2/4 de taza de aceite de girasol suave.
- Mermelada, en mi caso de bayas de espino amarillo.

Frosting,

- 100 gr de azúcar glass.
- 200 gr de mantequilla.
- 150 gr de queso tipo Philadelphia.

Mezclar la harina con la levadura, azúcar y sal. Formar un hueco en el centro.

Batir en un bowl aparte los huevos, aceite y leche. Verter sobre la mezcla de harina de golpe

Remover SIN BATIR, no importa que queden pequeños grumos.

Colocar las cápsulas sobre un molde para muffins.

Poner una cucharada de la masa sobre el fondo de los moldes y sobre ella la mermelada, en este caso de bayas de espino amarillo, no muy dulce y con un fuerte sabor a fruta.

Cubrir con otra cucharada de masa. Dependiendo de lo altos que se quieran rellenar sólo 3/4 partes de la cápsula, hasta la mitad o hasta casi el borde.

La masa debe quedar lo suficientemente espesa como para que no salga de los moldes si queremos rellenarlos bastante.
Meter a horno precalentado a 220º y a los 5-6 mn bajarlo a 200º hasta que se completen los 20-25 mn de cocción. Si no vamos a ocupar todas las oquedades del molde, rellenar hasta la mitad con agua en el momento de hornear.

Preparar un frosting o cobertura con la mantequilla y el queso, añadir el azúcar glass al final. En Thermomix batir a temperatura 3-4 hasta que se forme una masa cremosa.

La sorpresa de los muffins está en el relleno. Cuando hayan enfriado lo suficiente quedarán de este modo.

Cubrir con la crema, decorar al gusto y consumir con moderación...