strudel aromatizado de peras y pasas

El Strudel (o remolino, en alemán) tiene como base un tipo de masa muy habitual en Alemania, Italia y Austria.
Los más famosos son el Apfelstrudel, de manzana y el Topfenstrudel, con queso quark.
En sus primeros tiempos, era alimento de las clases empobrecidas y se situan sus raíces en el Baklava árabe o armenio.
La receta pudo provenir de los soldados jenízaros (élite del ejército turco) del Imperio Otomano que, tras la conquista de Bizancio (ciudad griega capital de la Tracia, situada en parte de la actual Estambul), se dirigieron a Viena.
La gastronomía vienesa adaptó este plato y lo popularizó en todo el Imperio Austrohúngaro.
Consiste en una pasta de hojaldre rellena de manzana, otras frutas y mezclas de saborizantes como ron, almendras, pasas, canela, cocida hasta obtener un tono dorado y servida espolvoreada con azúcar glass, crema ligera de vainilla o helado.
Los pasteleros vieneses y alemanes aseguran que el punto óptimo de la masa se consigue cuando resulta posible leer un periódico a través de ella.
La gran cantidad de capas en la masa que caracterizan a este dulce se convierte en el verdadero reto a la hora de elaborarlo.
Yo me he saltado el paso, perdónenme reposteros alemanes y vieneses, utilizando pasta filo comprada. Una pasta filo de calidad suplirá el vacío que nos deja la masa casera y obtendremos un delicioso strudel en poco más de media hora.

Para su elaboración necesitamos,

- 100 gr de mantequilla fundida.
- 3 peras maduras y firmes, peladas, sin corazón ni pepitas.
- El zumo de medio limón.
- 75 gr de azúcar terciado (moreno).
- 1 cucharadita de pimienta de Jamaica Molida.
- Una pizca de canela.
- 50 gr de pasas de Corinto.
- 50 gr de almendra molida.
- 6 láminas de pasta filo.
- Azúcar glass para espolvorear.

Conviene tener todos los ingredientes preparados porque la masa se seca y cuartea con rapidez. Pelar y cortar las peras en dados, mezclar con la canela, pimienta, azúcar, limón, pasas y la mitad de la almendra.

Derretir la mantequilla sin que hierva. Reservar. Colocar dos láminas de pasta filo superpuestas (no una sobre la otra sino una bajo la otra haciéndolas coincidir unos centímetros en el centro) sobre un paño limpio. Pincelarlas con la mantequilla y espolvorear almendra.

Repetir esta operación dos veces más, intercalando entre capa y capa la mantequilla y las almendras de modo que quedará crocante y aireado. Completar las seis laminas. Colocar el relleno sobre el gran cuadrado en la parte baja para poder enrollarlo hacia arriba.

Plegar los extremos hacia dentro y hornear a 200º hasta que haya dorado.