flores de cecina y revuelto de rovellons

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Y pasando a la receta de hoy, es por todos sabido que no sólo comemos con cuchillo, tenedor y aparato digestivo. La comida que entra por los ojos gana enteros antes inluso de que nos la introduzcamos en la boca.
En ocasiones se trata de elegir un plato estético, o una acertada combinación de colores, pero cuando utilizamos embutido loncheado resulta sencillo elaborar unas flores o bouquets que resaltarán el sabor al estar ligeramente desecados en el horno y servirán como improvisado (o no tanto) recipiente para determinadas preparaciones.
La cecina puede ser denominada chacina, o embutido generalmente ibérico, realizada mediante el curado de la pata de la vaca.
También existe de cabra, caballo, conejo o liebre, aunque sólo la de cabra (Vegacervera) y vaca (León) se encuentran recogidas como Indicación Geográfica Protegida.
La cecina de hoy, de León, se elabora siguiendo técnicas ancestrales y se cura en zonas de alta montaña donde el clima resulta favorable. Sólo se usa la tapa, babilla, contra o redondos para su elaboración y, tras el despiece, se procede al salado y ahumado de la carne.
Tras ocho meses nos encontraremos con una carne poco salada, de color tostado y veteada con una ligera grasa que le proporciona mayor jugosidad.

Para su elaboración necesitamos,

- 8 lonchas de cecina no muy curada.
- 1 bote de rovellons en conserva.
- 5 huevos.
- Medio diente de ajo picado.
- Vino blanco seco.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta.
- Hojas de perejil rizado.


Se colocan las láminas de cecina sobre unos ramekines o pequeños bowls que acepten horno. Formar flores que se cierren en el fondo del recipiente y se abran formando pétalos hacia arriba.

Meter en horno precalentado a 220º unos diez minutos o hasta que al levantar una hoja salga con la forma del recipiente.
Calentar un chorro de aceite al fuego y saltear ligeramente el medio diente de ajo.

Añadir los rovellons que habremos cortado en láminas.

Cuando empiecen a reducir añadir un chorro de vino blanco seco y dejar evaporar el alcohol. Añadir entonces los huevos y remover formando el revuelto.

Rellenar las flores y servir acompañado por perejil picado o en ramillete.