La Hidromiel, es una histórica bebida elaborada a través de la fermentación de miel y agua y que alcanza cierta graduación alcohólica oscilando sobre los 14º. Es quizá una de las más antiguas, anterior al vino y probablemente precursora de la cerveza .Ya se conocía hace más de 2000 años, como se ha podido comprobar en antiguos escritos .En la Grecia clásica se conocía como melikraton y los romanos imitaron esta costumbre, a veces incluso elaborando la mezcla con vinos que endulzaban de esta manera, considerándose popularmente como una bebida de Dioses.
Otros pueblos y culturas tan dispares como los mayas, celtas, sajones y vikingos, consumían con frecuencia esta bebida, en cuya fabricación incluían ciertas variaciones.
Su elaboración tradicional consiste en fermentar lentamente una mezcla de miel, agua y polen envejeciendo un mínimo de dos años en barricas de roble. Una vez adquiere las características deseadas, es filtrada y se embotellada. En la calidad de esta bebida influye enormemente el tipo de miel utilizada, la cual debe ser clara y de sabor muy dulce, también existe la costumbre de aromatizarla con especias o hierbas variadas, como pimienta, corteza de árboles, anís, hojas de té, canela, etc.
Su extenso consumo en la antigüedad hizo que en el siglo XVI se popularizara la tradición de que las parejas recién casadas tomasen hidromiel durante un ciclo lunar después de la boda, para conseguir el tan ansiado hijo varón. De ahí proviene la popular tradición actual referida a la Luna de miel que se ha conservado hasta nuestros días.
En este fresco pompeyano, de la Casa de los Castos Amantes, observamos una escena de simposio o banquete.
Mientras tres cuartas partes de la población del Imperio Romano subsistía a pan, queso y algún que otro tipo de legumbre, el cuarto restante se las arreglaba para gastar gran parte de las riquezas del imperio en fastuosas e impresionantes comilonas.
Esta costumbre fue adoptada por la clase dominante en un grado tal, que hizo que el Emperador Augusto decidiera, a comienzos del siglo I DE, legislar acerca de este tema, estableciendo límites a los gastos y suntuosidades de estos banquetes antes que los excesos descontrolasen el Imperio.
Era tal la ambición de los romanos por probar nuevos y exóticos manjares, que el escritor contemporáneo Plinio el Viejo, daba cifras de lo que perdía Roma cada año en importaciones de lujo desde el Oriente.
Según el autor, la India, China y la Península Arábiga se llevaban nada más ni nada menos que cien millones de sestercios al año de las arcas del Imperio.
“Tal era la suma a pagar por los placeres de la gula y la lujuria que se permitía la clase alta.”
Estos Banquetes, a mediados del siglo I DE, se habían convertido en una muestra de estatus social y riqueza, que llevaba a grados tales como preferir la muerte antes de no poder seguir dándose semejantes atracones. Conocido en esos tiempos fue el caso del acaudalado gastrónomo Apicius, que según el poeta Marcial, se suicidó al darse cuenta de que había derrochado toda su fortuna en tratar de satisfacer su insaciable apetito:
“Después de gastar sesenta millones en su estómago, a Apicius sólo le quedaban diez millones. Una embarazosa situación, digamos digna solamente, para satisfacer mera hambre y sed. Así su última y más costosa comida fue el veneno... Apicius nunca fue más glotón que al final”
Pero antes de probar algún bocado del banquete, era fundamental iniciar el festín realizando libaciones y sacrificios a los dioses de la casa y del anfitrión, como algunas oraciones por el bienestar del emperador. De esta forma se honraba a los dioses con los primeros alimentos del banquete y se dejaba tranquilo el honor del emperador, acercándolo al mismo Olimpo, con frases como; Auguste, patria Patriae (Buena suerte al emperador, padre de nuestro campo) justo después de los mismos dioses.
Los romanos conocían muy bien los peligros que se podían esconder, muchas veces, tras sus propias murallas o entre su propio personal. Por esto, después de haber dejado contentos a dioses y algunos que llegaron a creerse dioses (muchos emperadores llegaron a ser venerados como verdaderos dioses tras su muerte) aparecía el aperitivo o Gustatio, cuyo fin era incitar el apetito en los comensales a través de huevos, ensaladas, salchichas fritas, champiñones, aceitunas, pescados en salmuera y variedad de mariscos.
La primera mesa o Fercula era la comida fuerte y podía estar constituida de cinco y a veces más platos, repleto de todo tipo de alimentos, pero en su mayoría constituido por carnes. Entre las más apetecidas por los romanos estaban las de liebres, ovejas, buey, venado y cerdo, la favorita entre las carnes rojas.
Sin embargo, la carne que más apasionaba a la clase alta romana era la de pescado. Tenían una gran variedad de ellos y era tal su consumo y demanda, que llevó a la creación de un fructífero y millonario negocio de viveros con el fin de que hasta los hombres que vivían lejos del mar los pudieran degustar frescos.
Gaius Hirrius, según Plinio, fue el primer inventor de estanques separados para criar morenas. Con estos criaderos Gaius contribuyó con seis mil morenas al banquete que Julio César realizó con motivo de la celebración de su triunfo contra los Germanos.
Se cuenta que este banquete dio tal fama a los viveros de Gaius Hirrius que cuando vendió la más pequeña de sus propiedades campestres, recibió 4.000.000 de sestercios, sólo por concepto de los estanques de peces que tenía en dicha propiedad.
Este amor por los pescados de todo tipo, derivó en excentricidades tales como las del famoso orador Hortensio, quién, según la leyenda, tuvo en uno de sus estanques una morena tan grande y premiada que cuando murió derramó por ella muchas lágrimas o las de una mujer llamada Antonia, esposa de un rico senador, que puso unos pendientes de perlas en la morena que más amaba haciendo de su casa un lugar turístico por la enjoyada morena que allí vivía.
Todos los pescados o carnes rojas eran acompañadas por verduras, puré, especies, pero principalmente por salsas. No podían faltar en las comidas y tenían un sabor tan fuerte que ni los más decididos y valientes estómagos de nuestros días hubieran podido aguantarlas sin haber sentido una cierta repulsión.
La más famosa de las salsas era la conocida como Garum. Esta salsa se creaba a partir de intestinos de peces puestos al sol para pudrirse. Posteriormente se salaban y se conservaban en vinagre o salmuera para ser utilizadas exclusivamente en los banquetes más costosos y exclusivos de la élite romana.
Después de semejante cantidad de comida, parecería que a los comensales ya no les quedarían más ganas de seguir comiendo. Pero no era así. Algunos se daban maña para continuar tragando gracias a un eficaz sistema que llegó a hacerse muy popular entre los más glotones. Sólo se necesitaba una pluma y una habitación llamada Vomitarium.
Ubicado en esta habitación con la pluma en manos expertas, se podía liberar rápidamente el peso del estómago, permitiéndole a su dueño no perder alguna nueva exquisitez que apareciera en el postre o Aliter Dulcia.
Para su elaboración necesitamos,
- 2 litros de agua.
- Una taza y media de miel de buena calidad.
- Media taza de zumo de limón.
- Una pizca de nuez moscada.
- 1 pizca de pimienta blanca.
- Media docena de estrellas de anís o estrellas de Badiana.
- Media taza de aguardiente u orujo blanco.
Poner a calentar todos los ingredientes menos el alcohol. Dejar hervir y retirar del fuego. Enfriar, mezclar con el alcohol y servir a temperatura ambiente.
Existen muchas recetas para la elaboración de la hidromiel y yo he optado por la versión más sencilla.
La receta de la hidromiel más antigua se conserva en escritos medievales del siglo XIV. Requiere de una elevada cantidad de ingredientes, productos químicos actuales para igualar las características clásicas, y mucho tiempo.
Para aquellos interesados consultar aquí.
Otros pueblos y culturas tan dispares como los mayas, celtas, sajones y vikingos, consumían con frecuencia esta bebida, en cuya fabricación incluían ciertas variaciones.
Su elaboración tradicional consiste en fermentar lentamente una mezcla de miel, agua y polen envejeciendo un mínimo de dos años en barricas de roble. Una vez adquiere las características deseadas, es filtrada y se embotellada. En la calidad de esta bebida influye enormemente el tipo de miel utilizada, la cual debe ser clara y de sabor muy dulce, también existe la costumbre de aromatizarla con especias o hierbas variadas, como pimienta, corteza de árboles, anís, hojas de té, canela, etc.
Su extenso consumo en la antigüedad hizo que en el siglo XVI se popularizara la tradición de que las parejas recién casadas tomasen hidromiel durante un ciclo lunar después de la boda, para conseguir el tan ansiado hijo varón. De ahí proviene la popular tradición actual referida a la Luna de miel que se ha conservado hasta nuestros días.
En este fresco pompeyano, de la Casa de los Castos Amantes, observamos una escena de simposio o banquete.
Mientras tres cuartas partes de la población del Imperio Romano subsistía a pan, queso y algún que otro tipo de legumbre, el cuarto restante se las arreglaba para gastar gran parte de las riquezas del imperio en fastuosas e impresionantes comilonas.
Esta costumbre fue adoptada por la clase dominante en un grado tal, que hizo que el Emperador Augusto decidiera, a comienzos del siglo I DE, legislar acerca de este tema, estableciendo límites a los gastos y suntuosidades de estos banquetes antes que los excesos descontrolasen el Imperio.
Era tal la ambición de los romanos por probar nuevos y exóticos manjares, que el escritor contemporáneo Plinio el Viejo, daba cifras de lo que perdía Roma cada año en importaciones de lujo desde el Oriente.
Según el autor, la India, China y la Península Arábiga se llevaban nada más ni nada menos que cien millones de sestercios al año de las arcas del Imperio.
“Tal era la suma a pagar por los placeres de la gula y la lujuria que se permitía la clase alta.”
Estos Banquetes, a mediados del siglo I DE, se habían convertido en una muestra de estatus social y riqueza, que llevaba a grados tales como preferir la muerte antes de no poder seguir dándose semejantes atracones. Conocido en esos tiempos fue el caso del acaudalado gastrónomo Apicius, que según el poeta Marcial, se suicidó al darse cuenta de que había derrochado toda su fortuna en tratar de satisfacer su insaciable apetito:
“Después de gastar sesenta millones en su estómago, a Apicius sólo le quedaban diez millones. Una embarazosa situación, digamos digna solamente, para satisfacer mera hambre y sed. Así su última y más costosa comida fue el veneno... Apicius nunca fue más glotón que al final”
Pero antes de probar algún bocado del banquete, era fundamental iniciar el festín realizando libaciones y sacrificios a los dioses de la casa y del anfitrión, como algunas oraciones por el bienestar del emperador. De esta forma se honraba a los dioses con los primeros alimentos del banquete y se dejaba tranquilo el honor del emperador, acercándolo al mismo Olimpo, con frases como; Auguste, patria Patriae (Buena suerte al emperador, padre de nuestro campo) justo después de los mismos dioses.
Los romanos conocían muy bien los peligros que se podían esconder, muchas veces, tras sus propias murallas o entre su propio personal. Por esto, después de haber dejado contentos a dioses y algunos que llegaron a creerse dioses (muchos emperadores llegaron a ser venerados como verdaderos dioses tras su muerte) aparecía el aperitivo o Gustatio, cuyo fin era incitar el apetito en los comensales a través de huevos, ensaladas, salchichas fritas, champiñones, aceitunas, pescados en salmuera y variedad de mariscos.
La primera mesa o Fercula era la comida fuerte y podía estar constituida de cinco y a veces más platos, repleto de todo tipo de alimentos, pero en su mayoría constituido por carnes. Entre las más apetecidas por los romanos estaban las de liebres, ovejas, buey, venado y cerdo, la favorita entre las carnes rojas.
Sin embargo, la carne que más apasionaba a la clase alta romana era la de pescado. Tenían una gran variedad de ellos y era tal su consumo y demanda, que llevó a la creación de un fructífero y millonario negocio de viveros con el fin de que hasta los hombres que vivían lejos del mar los pudieran degustar frescos.
Gaius Hirrius, según Plinio, fue el primer inventor de estanques separados para criar morenas. Con estos criaderos Gaius contribuyó con seis mil morenas al banquete que Julio César realizó con motivo de la celebración de su triunfo contra los Germanos.
Se cuenta que este banquete dio tal fama a los viveros de Gaius Hirrius que cuando vendió la más pequeña de sus propiedades campestres, recibió 4.000.000 de sestercios, sólo por concepto de los estanques de peces que tenía en dicha propiedad.
Este amor por los pescados de todo tipo, derivó en excentricidades tales como las del famoso orador Hortensio, quién, según la leyenda, tuvo en uno de sus estanques una morena tan grande y premiada que cuando murió derramó por ella muchas lágrimas o las de una mujer llamada Antonia, esposa de un rico senador, que puso unos pendientes de perlas en la morena que más amaba haciendo de su casa un lugar turístico por la enjoyada morena que allí vivía.
Todos los pescados o carnes rojas eran acompañadas por verduras, puré, especies, pero principalmente por salsas. No podían faltar en las comidas y tenían un sabor tan fuerte que ni los más decididos y valientes estómagos de nuestros días hubieran podido aguantarlas sin haber sentido una cierta repulsión.
La más famosa de las salsas era la conocida como Garum. Esta salsa se creaba a partir de intestinos de peces puestos al sol para pudrirse. Posteriormente se salaban y se conservaban en vinagre o salmuera para ser utilizadas exclusivamente en los banquetes más costosos y exclusivos de la élite romana.
Después de semejante cantidad de comida, parecería que a los comensales ya no les quedarían más ganas de seguir comiendo. Pero no era así. Algunos se daban maña para continuar tragando gracias a un eficaz sistema que llegó a hacerse muy popular entre los más glotones. Sólo se necesitaba una pluma y una habitación llamada Vomitarium.
Ubicado en esta habitación con la pluma en manos expertas, se podía liberar rápidamente el peso del estómago, permitiéndole a su dueño no perder alguna nueva exquisitez que apareciera en el postre o Aliter Dulcia.
Para su elaboración necesitamos,
- 2 litros de agua.
- Una taza y media de miel de buena calidad.
- Media taza de zumo de limón.
- Una pizca de nuez moscada.
- 1 pizca de pimienta blanca.
- Media docena de estrellas de anís o estrellas de Badiana.
- Media taza de aguardiente u orujo blanco.
Poner a calentar todos los ingredientes menos el alcohol. Dejar hervir y retirar del fuego. Enfriar, mezclar con el alcohol y servir a temperatura ambiente.
Existen muchas recetas para la elaboración de la hidromiel y yo he optado por la versión más sencilla.
La receta de la hidromiel más antigua se conserva en escritos medievales del siglo XIV. Requiere de una elevada cantidad de ingredientes, productos químicos actuales para igualar las características clásicas, y mucho tiempo.
Para aquellos interesados consultar aquí.
Mnnnn un tragito para probar?? aunque mejor despues de comer, vaya lujazo nos traes hoy Isabel, un besazo.
ResponderEliminarMMMMM...tiene una pinta muy buena! nunca habia escuchado eso de hidromiel...me gustaria probarla, si, jaajaj
ResponderEliminarbesos!
Qué interesantísima entrada!! Me ha encantado!
ResponderEliminarPrecioso el vaso, yo llevando orujo...
Por dónde empiezo...había oído hablar de la hidromiel pero no sabía qué era, el soporte del vaso es divino, y, se toma así sin más?, con tanta agua no empalagará demasiado.Cuántos conocimientos nuevos para mí Isabel, que Apicius se suicidó, los viveros de pescado, esa slsa garum(argg.),el aliter dulcia que te pregunté en su día,todo,todo; estaban locos aquellos romanos.
ResponderEliminarGracias preciosa, buen día.
Una bebida de dioses... enteramente!!!!Es éste uno de las mejores (por no decir la que más) entradas me ha gustado nunca...besos
ResponderEliminarPor fín sé el significado del nombre de tu blog !! ¡¡ Que chulada !!. Y ¿esta receta no tiene que fermentar? ¿Se toma ya así? Porque a mi no me importa dejarla un par de años o así. Elaboro varios licores caseros de un año para otro, ya estoy acostumbrada.
ResponderEliminarsi te digo la verdad,cuando me case,los regalos para los invitados fueron botellitas de hidromiel,es fantástica y tuvo mucho éxito,un beso
ResponderEliminarBueno, pues será cuestión de tomarse un chupito a ver qué tal sabe esta bebida de Dioses, buena pinta tiene desde luego. Y documentada con maestría. Felicidades.
ResponderEliminarBesos
Pero entonces Isa, Aliter Dulcia es el postre?
ResponderEliminarMe ha encantado el soporte del vaso, es una monada y muy interesante la receta de hidromiel, imaginaba que tenía miel y alcohol, puesto que se emborrachaban con ella, pero no tenía ni idea del resto. Interesante.
Un beso y feliz finde!
Great post,dear Isabel!Have a lovely weekend!Besitos!
ResponderEliminaruna bebida de dioses que tenemos la suerte de degustar los humanos...jeje seguro que deliciosa isabel al igual que el bizcocho de natillas y esos enrrollaos de jamón(que por cierto hace tiempo que no hago)
ResponderEliminarbexinos
No sabía nada de esa bebida. Muy interesante toda tu explicación Isabel. Como siempre nos das un" festín" de información. Qué distinto está hoy en día el status social,!!!!. Un beso
ResponderEliminarUna entrada magnífica. Me encanta aprender cosas nuevas. La hidromiel seguro que me gustará.
ResponderEliminarBuen día
Nunca te acostarás sin saber una cosa más. Isabel , me ha encantado la interesante explicación de hoy. He descubierto una bebida,que debe de estar riquísima, de Dioses diría yo. Gracias y feliz fin de semana
ResponderEliminarUna vez fui a un mercado medieval, y me dejaron probar hidromiel y es una bebida francamente buena, me quedé sorprendida porque la miel así "a palo seco" como que no me va mucho, pero estaba muy bueno!!
ResponderEliminarUn besito!! :)
Me pido un vasín y ya me vale para el vermouth de hoy, je,je.
ResponderEliminarBesinos y buen fin de semana.
Vamos!!! la entrada de hoy no puede ser mas interesante...Me pido un vaso..
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana
Isabel que deliciosa bebida...Aqui por Portugal temos um licor de mel chamado Medromel, que é delicioso e guloso de se beber...Apesar de não beber nada com alcool, esta bebida tem uma cor linda e o suporte do copo é magnifico!
ResponderEliminarBesitos
Rita
http://bembons.blogspot.com
Como me gustan las entradillas de tus recetas, yo estudie historia, cuando empece la carrera todo el mundo me decía que no iba a encontrar trabajo, y tenían razón que no trabajo en nada relacionado con la carrera, pero me pase cinco años encantada y aprobando todo a la primera simplemente porque me gustaba lo que leía.
ResponderEliminarTendremos que probar la hidromiel, además tengo ganas de comprar las estrellitas que quedan monísimas como decoración en los postres.
Un besazo,
Qué genial eres! Me encanta la clase de historia, sobre todo cuando tiene que ver con la "cultura clásica" pero la receta es genial, nunca me había planteado cómo se hace. Gracias guapi. Besicos.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta crónica tan fabulosa!!! y por enseñarnos esta bebida que en mi caso no tenía conocimiento!! Un beso enorme guapa!
ResponderEliminarIsabel,
ResponderEliminarNo conecia la bebida, pero se ve muy buena... Muy bien interesante la explicación. Me ya gustado el soporte del vaso : ) y de la receta tambien.
Besitos y bueno fin de semana wapita!
Isabel nunca he probado esta bebida, pero me da que tiene que entrar solita, menuda juerga se puede liar con un par de jarritas....
ResponderEliminarBesitos y feliz fin de semana.
Pues tiene que ser una explosiva bebida, para una fiesta es estupenda, si es que lo de pasarlo bien no es nada moderno, jaja, las fiestas antiguas tendrian que salir más a la luz, seguro que hacemos cosas que ellos ya hacía. Besitos.
ResponderEliminar¿Será así como hacen, en la actualidad, el orujo con miel, que está tan de moda por estas tierras?.
ResponderEliminarEs una bomba, de cualquier forma, jajaja. ¡Menudas chispas debían agarrar! Ahora entiendo lo del vomitorum, famoso.
Una interesante entrada y unas fotos maravillosas, Isabel.
Feliz fin de semana.
Besos.
Isabel, yo con un chupito de tu hidromiel me conformo que estas bebidas se me suben mucho a la cabeza, y como estamos de feria tengo que reservarme un poquito... que la lio.
ResponderEliminarPues nada que la opción más sencilla que has elegido te ha quedado genial.
Besitos
AFri
una vez más, me sorprendes, siempre aprendiendo algo nuevo de tus entradas, :)
ResponderEliminarNo me extraña que se llame así, un sorbito le iría genial a mi chico que lo tengo enfermo pobrecito. Con este vaso queda de lujo
ResponderEliminarBesos!
Gracias por ilustrarme Isabel, me ha interesado muchísimo...Tiene un colorcillo envidiable esta bebida, no se me olvidará...
ResponderEliminarQue recuerdos, yo tenia un amigo que hizo su trabajo de fin de carrera sobre la hidromiel y nos cansamos de probarla y de aquellas tenia yo un chape sobre ella de todo lo que me contaba que ni te digo!!
ResponderEliminarUna entrada magnifica.
bss
Muy interesante la entrada Isabel!!! Esta bebida de Dioses tiene que estar divina, y me ha encantado la presentación. Besitos.
ResponderEliminarme encanta esta entrada, la historia y la bebida.....curioso el origen de luna de miel, ah, yo procuro no perderme ninguna aliter dulcia.....(pero de las tuyas....!)
ResponderEliminarbss
No bebo aguardiente, aunque esta bebida si que me apetecería probarla. Me ha encantado la historia. Bss
ResponderEliminarElena
Me encantan estas entradas, no solo aprendemos recetas, sino también repasamos un poco de historia, aprendiendo siempre algo nuevo que no viene en los libros de texto.
ResponderEliminarMe quedo con la receta.
Besos.
Que curiosa bebida y que interesante historia! un beso
ResponderEliminarEl derroche de algunos y el hambre de otros viene de antiguo, ciertamente.
ResponderEliminarUn entrada interesante y una bebida que aún lo es más.
Una entrada maravillosa Isabel !!!
ResponderEliminarMe ha encantado conocer el origen de esta bebida de la que he oído hablar pero que nunca he probado.
Gracias por aportarnos tanto y cada dia mejor ;)
Besinos, buen finde.
me parece una entrada muy interesante tanto por la historia como la bebida hidromiel yo particularmente no sabia de esta bebida
ResponderEliminarbesos
http://mipasioncocinar.blogspot.com
La bebida parece rica, me gusta el anís estrellado en mis infusiones, aunque sin alcohol, pero la historia no tiene desperdicio, yo prefiero no ir al vomitarium. Bss.
ResponderEliminarNo es por pelotearte! pero me encanta entrar aquí ya que cada vez que entro aprendo algo nuevo, un besazo enorme Isa.
ResponderEliminarInteresantísimo, tengo ganas de hacerla. Cuánto tiempo se puede conservar esta bebida?
ResponderEliminarno conocia esta bebida de los dioses y gracias por ilustrarnos tan bien.
ResponderEliminarbeso
qué interesante! no tenía ni idea... pero ni idea!
ResponderEliminarHOla Isabel, esta bebida me suena pero no consigo acordarme de qué, ains que cabeza.
ResponderEliminarLa foto me encanta, tiene un cierto aire navideño, besotes
Para mi que soy un poco menos culta y plebeya hidromiel es la bebida de los hobbits de J.R.R. Tolkien, que le vamos a hacer.
ResponderEliminarGracias por tan magnifica explicación.
Y por la receta.
Besos
Sencillamente maravillosa la entrada a esta sugerente bebida, la cual desconocía por completo. Sin ninguna duda que la probaré por eso de conocer la bebida de los dioses. Un besazo y buen fin de............
ResponderEliminarYo creo que los DIOSES, no probaron nunca un VASO como el que TÚ has preparado!!! :)
ResponderEliminarPues si es de los Dioses la tendremos que tomar, no????? besitos guapa y feliz fin de semana!
ResponderEliminarMirá todo lo que vengo a aprender. Esta bebida sería, para mí, el mejor reemplazo del Baileys (jajaj, los golosos tenemos nuestras formas de emborracharnos sin perder el tiempo con bebidas blancas y secas). Desconocía por completo esta historia, es fascinante.
ResponderEliminarMe encanta cómo te quedó la presentación, el vaso es genial, así da más gusto emborracharse. Besos Isa, que tengas un lindo fin de semana.
Yo contigo cada día aprendo algo nuevo!!! Y me encanta que siempre pones la historía de la receta!!! No conocía esta bebida! Un besote Isabel.
ResponderEliminarHidromiel, wow me suena totalmente a Harry Potter! DEsconocía todo lo que nos has contado al respecto...
ResponderEliminarCon todo lo que lleva me juego el cuello a que está buenísima.
Besos
Estupendo reconstituyente, no sé que pensarían los padres de mis alumnos si me tomara un vasito en el recreo para reponer fuerzas...
ResponderEliminarcomo siempre un placer leerte ya que con tus recetas siempre se aprende algo de historia, resulta que los bulímicos ya existian hace muchos .
ResponderEliminarTambien he visto el porque del nombre de tu blog y en fin un montón de cosas, muchas gracias por tus recetas y explicaciones
¡¡besos¡¡
fabuloso post y super bien documentado..eres genial Isabel!!!
ResponderEliminarno creo que haga hidromiel..me da una sensacion muy empalagosa..pero nunca se sabes no????..tal vez en el proximo banquete que organice en mi villa!!! ;))))
cariños amiga bonita!
Qué bueno tiene que estar y qué presentación más acorde has hecho, me encanta!
ResponderEliminarbesos
Toda la vida leyendo sobre personajes que la consumian por fín tengo la receta.
ResponderEliminarUn besín ;)
Esto me recuerda a los comics de Thor, jeje, me encantan. Mellevo un vaso.
ResponderEliminarSaludos
Si que tiene que ser para los dioses, se ve perfecta.Besos.
ResponderEliminarMuy buena tu entrada Isabel, cada día nos vas ilustrando un poco, esta bebida no la conocía, a ti te ha quedado con una presentación espectacular. Besos.
ResponderEliminarPues que fácil y que preciosa! Siempre pensé que era algo mítico.... sin receta... Besos
ResponderEliminarContigo aprendemos un montón de cosas.
ResponderEliminarNo conocía ésta bebida.
Besos.
La historia de hoy me ha dejado fascinada igual que esa bebida, tiene que saber de buena...
ResponderEliminarBesos
Qué de información nos dejas hoy!! me encanta!
ResponderEliminarUn beso fuerte. Muuuuuuua
Leía yo atentamente el principio de tu entrada, cuando hablabas de la hidromiel, y su potencia amorosa, pensando que me sonaba lo que leía, hasta que has concluído con que se piensa que es ahí donde está el origen de la bonita expresión "luna de miel".
ResponderEliminarEs curioso ver la variedad tan asombrosa de productos de los que podían gozar los romanos en la época clásica.
Menudo trabajo que tiene esta entrada. ¿Cuánto has tenido que leer? Menos mal que tenías el hidromiel para reconstituir tu mente, ¿o tu cueerpo también? Ji ji ji.
Besos y feliz finde.
No sé cómo estará, pero con la preciosidad de fotos que nos has puesto va a acabar hasta gustándome el anís! Ya me he vuelto a hacer tu seguidora, que no me quiero perder ni una sola de tus magníficas entradas!!!
ResponderEliminarLa verdad es que no soy mucho de alcohol, pero un tragito si que me lo tomaba. Se ve estupendo.
ResponderEliminarUn besín.
!Chapeau! No solo por remontarte a la época romana que es, dentro de la historia antigua, la que más me gusta, sino porque mi familia paterna tiene raíces italianas y todo lo que venga de ese país, sea lo que sea, me interesa. La Hidromiel, de siempre, me ha parecido una bebida de nombre romántico. Hacen referencia a ella en muchísimas novelas históricas pero jamás había leído una descripción tan detallada de su composición ni tampoco sabía como se hacia.
ResponderEliminarEs un post fantástico.
Un abrazo.
Preciosa e instructiva entrada!!! Eres genial guapa y la receta tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminaruna historia mas que fantastica Isabel, y una fantatica receta tambien y la presentacion ....... sin palabras, o sea que esta entrada se merece un diez.
ResponderEliminarun besote
Isabel es la primera vez que lo oigo pero tiene un color y una pinta estupenda, supongo que mejor sabrá, esto puede levantar a un muerto, besos
ResponderEliminarMuy interesante Isabel, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarYo tampoco lo he probado nunca.
Eres genial, vaya lo que aprendo contigo. Tengo que probarlo inmediatamenteeeeeee.
ResponderEliminarBesos
He dejado tu entrada en reserva para leermela con calma porque al ver esas fotos tan bonitas con aires navideños y como a mi me ENCANTA la NAVIDAD, me dije: "esta historia con calma Sandra, por la noche y en silencio te prestará más" y no me equivocaba... he disfrutado un ciento al enterarme que en el 2006 me fui de luna de "hidromiel" jajaja. No sé si me gustaría el sabor porque no me da mucho más la miel pero todo es intentarlo y al menos la apariencia y la historia que esconde es del todo lujosa, glamurosa e interesante. Una vez más he de darte mi más sincera enhorabuena por tu entrada y gracias por tu genial idea de aunar historia, arte y gastronomía todos los sábados. Besazos a montonozos guapa.
ResponderEliminarMenuda clase de historia me has dado. Habia oido lo de la hidromiel pero nunca lo he probado así que ahora ya no puedo dejar de probarlo pues se ve bien sencillo de preparar.
ResponderEliminarMe ha encantado ese vaso.
Saludos
Los romanos eran gente muy lista, está claro. No sabía lo de la luna de miel, es muy interesante
ResponderEliminarY como la bebida no tiene demasiado alcohol y es de dioses, guardame un par de vasitos para que mi espera se haga más corta.
Besos
Isabel nunca había oído hablar de esto y toda la información tan interesante como todo lo que haces.
ResponderEliminarBsos
Isabel Tu presentación una maravilla!!!!!!
ResponderEliminarBesos
la había oído nombrar en algunas películas, pero nunca se me había ocurrido buscar u hacer la receta, te ha quedado formidable la foto y que apetecible se ve, las historias siempre tan fascinantes.
ResponderEliminarbesoss guapaaaa
feliz domingo
exquisita, yo se la compra a veces a un productor de la zona y realmente es algo exquisito
ResponderEliminarMira que tenía curiosidad por esta receta después de haberla leído tantas veces!! Muchas gracias, me ha encantado saber un poco más de su historia y conocer cómo se hace.
ResponderEliminarPor cierto, hoy es mi primer cumpleblog y te quería agradecer especialmente tu apoyo y palabras siempre de ánimo. Muchas gracias por estar ahí!!
bessiss
bessiss
Anda que no aprendemos contigo, son estupendas tus entradas. Muy interesante esta bebida.
ResponderEliminarBesos
Que rica y que sencilla, me la apunto :)
ResponderEliminarBesos
Además de aficionada a la cocina, soy profesora de cultura clase y cada año dedico algunas sesiones a hablar de la alimentación en la Antigüedad. Este post me irá muy bien para complementar las explicaciones. Puede que lo pase en clase!
ResponderEliminarBesos!
Anna
Me encantan las entradas que haces, esta bebida de dioses parece que esta buena, pero no soy de bebidas con alcohol.
ResponderEliminarMe llevo con tu permiso el bizcocho de natillas, creo que esta magnifico, ya te contare.
besos
Isabel se me han puesto los pelos de punta leyendo tu publicación. Qué lección de historia nos has dado! y es genial saber ahora de dónde viene el nombre de tu blog. Una pasada, en serio! me ha encantado.
ResponderEliminarpd: No se como seguirte porque no me sale la típica pestaña de seguir! Siempre que te escribo es porque me acuerdo de tu blog y lo busco en internet, pero me encantaría que me aparecieses en el escritorio para ver cuando actualizas. Menudo royo te he metido, pero es por una buena causa! jajajaja Si me puedes hacer saber cómo hacerlo te lo agradecería! Besitos! Gisela.
Te puedes creer que llevaba como 5 minutos buscándolo desde que me has dicho cómo? jajajaja ahora ya te tengo! ya no te escapas! Un besazo!
ResponderEliminarNo conocía la hidromiel, pero gracias a esta fantástica entrada tan bien documentada, he podido conocerla.
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante lo que cuentas, algunas cosas las había leido, pero otras las desconocía.
Gracias por compartir esta receta y por esta entrada tan estupenda.
Un beso enorme,
Que bebida tan rica ,en Guadalajara la hacían y le ponían calabaza ,ademas de miel ,azúcar y aguardiente y limón y naranja y anises ,estaba muy buena.besinos
ResponderEliminarConocía la bebida pero me ha encantado leer tu explicación que, como siempre, ha sido muy interesante. besos.
ResponderEliminarQue post mas interesante, Isabel. Hay que ver lo que aprende una leyéndote. Me encanta la historia unida al arte y la gastronomía.
ResponderEliminarUn abrazo y buen comienzo de semana
Los "enrollaos" de jamón y queso muy apetecibles; el bizcocho, una receta original y la bebida de los dioses, algo totalmente desconocido, que mejor me acerco a probar a tu casa antes de atreverme, ja, ja
ResponderEliminarUn trabajo extraordinario, como siempre!
Besos
Yo tampoco la nococías, pero si es la de los Dioses, tiene que estar super rica...el color y el aspecto son increibles!:D
ResponderEliminarun besitoo
QUe maravilla, me ha encantado la entrada, no sabía nada sobre esa bebida, a pesar de que me es conocida y me suena a orgia romana :))).
ResponderEliminarGenial Isabel, que entrada más interesante!!
Con esa presentación no me extraña que sea la bebida de los Dioses!!! ;)
ResponderEliminarhola guapaaa, jo yo me iba a hacer un vasuco para mi sola para probarlo pero no tengo aguardiente jajajaa, como se ponian los dioses no? madre de dios
ResponderEliminarQue maravilla de entrada !!!!!!
ResponderEliminarNo conocia la hidromiel, ahora ya sé un poquito mas gracias a ti !!!
Tiene una pinta deliciosa, y el vaso es divino !!!!!
bss
Feliz semana
Como una diosa me he sentido yo leyendo esta delicia de entrada.
ResponderEliminarBesos
Lo de la morena enjoyada me ha dejado de piedra...
ResponderEliminarY lo del nombre de tu Blog, ahora me parece más bonito.
Leí una biografía de Isabel La Católica, donde se citaba esta bebida. Interesante receta.
¡ Gracias por esta información tan interesante para todos los que amamos la historia!!.
Qué bien lo explicas todo y cuanta cultura se hace contigo. Gracias por hacernos mas ricos intelectualmente y gastronómicamente.
ResponderEliminarBss.
Bueno, pues yo me pido un chupito... pero no pa cenar, ¿eh? Tien que ser al mediodía... ;)
ResponderEliminarUn besín y feliz semana
La bebida de los dioses y de cualqier mortal!!
ResponderEliminarLa explicación es fantástica, en tu cocina siempre se aprende.
Besos
Pues siendo bebida de dioses, y contando con esta rica receta, ¿vamos a ser nosotros menos?. ¡¡Brindemos por la buena vida que ellos se deben de dar!!.
ResponderEliminarMuy bonita la fotografía :-)
Un besín.
Creo que esta bebida es la bomba.
ResponderEliminar¿de donde es originaria?
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