panna cotta al balsamico

Tras un mes de descanso la normalidad nos atrapa de nuevo.
Atrás queda un verano que no existió y que parece querer empezar ahora.
Comienza una etapa que llega con novedades; una nueva colaboración con ItalianDelicat, la tienda gourmet on line de productos italianos, y una nueva sección semanal  que se estrenará mañana mismo.
Y he querido comenzar hoy con una receta absolutamente deliciosa, generalmente mal interpretada en los restaurantes italianos españoles, que se ve engrandecida por una confitura de arándanos al vinagre de Módena.

La panna cotta, literalmente "nata cocida", es un postre típico del Piamonte, elaborada a partir de crema de leche, azúcar y gelificantes. Con una textura muy parecida al flan pero con un sabor completamente distinto; lácteo y con una textura más gelatinizada.

Uno de los grandes errores que se comete con la panna cotta es añadir demasiada gelatina. Una hoja y media de gelatina neutra por 250 gr de nata es más que suficiente para conseguir la textura correcta y no convertirla en una gelatina de nata, seca y gomosa.
Para aligerar el postre, algunas recetas añaden una parte de leche, en ese caso se debe añadir más gelatina ya que la mezcla será más líquida y necesitará una ayuda extra para conseguir la cremosidad exacta.

El sabor de la nata cocida no es del gusto de todo el mundo. Se le considera en ocasiones un postre vulgar y con pocos matices.
Resulta tan versátil que puede acompañarse de todo aquello que potencie su sabor y la convierta igualmente en un postre colorido y agradable a la vista y al paladar.
Yo he usado una exquisita confitura de arándanos que he gelatinizado ligeramente para conseguir una superposición de capas estructuradas.

ItalianDelicat nos ofrece una ámplia selección de mermeladas y confituras entre las que se encuentran mis favoritas; las que se elaboran con una reducción de vinagre de Módena enriquecido en barrica durante doce años. Un verdadero lujo.
Fresas, higos, castaña, y, en este caso, frutos del bosque con un ligero toque ácido que contrasta espectacularmente con el dulzor de la fruta y la cremosidad de la nata cocida.
Un postre absolutamente recomendable, fresco y delicioso, un final de comida o cena para paladares exquisitos.

Para su elaboración necesitamos,

- 250 gr de nata (para montar, con más de 35% de materia grasa).
- Las semillas de una vaina de vainilla.
- 50 gr de azúcar glass.
- 3 cucharadas colmadas de Confitura de arándanos al aceite balsámico de Módena Di Magreta.
- 3 hojas de gelatina neutra.

Calentar la confitura a fuego bajo con tres cucharadas de agua y crear una salsa espesa.
Hidratar hoja y media de gelatina en agua fría, escurrir bien y añadir a la salsa de arándanos caliente. Verter en el fondo de unos moldes o pequeños vasos en forma de una pequeña capa.
Enfriar para que comience a gelatinizar.
Calentar la nata, azúcar y la vainilla hasta que hierva, en ese momento añadir bien escurrida la hoja y media de gelatina restante que habremos hidratado bien en agua fría. Remover para que se disuelva.
Cuando la capa de confitura se haya solidificado ligeramente, verter sobre ella la crema de nata que habrá templado a temperatura ambiente y llevar al frío al menos unas cinco horas.
Para desmodar, introducir los moldes o vasos en un poco de agua caliente y servir bien frío acompañado con unas cucharadas de confitura de arándanos al vinagre de Módena.